Que lo malo arda, se reduzca a cenizas, se convierta en humo, se disipe en el aire…
Que arranquemos del corazón y la mente lo que nos ancla al miedo y nos paraliza, lo que no nos deja avanzar.
A la hoguera lo que necesita salir de nuestra vida, ya sea que venga de otros o de nosotros mismos.
Fuego que destruye para poder construir.