Cada uno en su cueva…y yo, alrededor de la fogata, esperando cantar canciones, compartir historias y reír con los chistes de los demás.
Cada uno en su pompa, en su burbuja, flotando en su propio universo. Mientras tanto sigo clavada a la tierra, esperando, con los pies mojados, la compañía que no llega.
¿Sentirse sola es egocéntrico? ¿Escuchar canciones tristes para camuflar la decepción es victimismo?
Llega la noche, sale la luna… me entran unas ganas locas de bailar. Lo hago, no paro hasta que me duelen los pies. Me siento, miro hacia vuestras cuevas, os llamo…no hay respuesta y me quedo dormida al calor del fuego. Despierto; no estáis. Las cuevas están vacías, del fuego sólo quedan cenizas y de mi alegría, migajas.
Hoy duermo en mi cueva, pero mañana vuelvo a bailar hasta que todos rodeemos la fogata. Prometo no parar.