Este finde, coincidiendo con San Tontín (craso error), se me ocurrió la feliz idea de celebrar el cumpleaños de marido.

Como soy una mujer un tanto despistada, no entendía por qué a cada sitio que llamaba me daban la misma respuesta para el viernes: todo completo, no podemos hacer su reserva ese día. Por fin, salí de mi burbuja y me di cuenta de que ese día se celebraba San Valentín en medio planeta… y claro, no es el mejor día para planear una celebración de dos. Pero ya me había tirado a la piscina y le había dicho al cumpleañero que me guardase ese día.

Al final, moviéndome un poco y tras una cancelación de última hora a un restaurante árabe que me apetecía mucho visitar… todo salió a pedir de boca. Hice una reserva en un hotel muy chulo en pleno centro madrileño (gracias, Eva… todo genial) para no tener que coger coche por la noche, convencí a mi hermana para que hiciera de niñera y, como por arte de magia, escuchando la radio me enteré de que había un festival interesante. Así que cambié cena por concierto en el Teatro Auditorio de Conde Duque y, todos tan felices.

En la foto- malísima, lo siento- aparece el set antes de que salieran los músicos. Un tributo al maestro del jazz J. Coltrane con un toque afrocubano. Músicos maravillosos, bailarina increíble y cantante de emocionar hasta el infinito. Nos gustó mucho.

De vuelta al hotel, nos topamos con un restaurante indio que no estaba cerrado sólo a reservas y aprovechamos las casualidades de la vida. Todo riquísimo y muy agradable.

Y aunque el día no acompañó, todo lleno de parejas enamoradas y flores, mucha lluvia que no permitía pasear ni salir al maravilloso balcón de la habitación del hotel a tomar un gin tonic… he de decir que tuvimos un fin de semana de celebraciones maravillosas, de compartir tiempo juntos y disfrutar de tenernos en exclusiva el uno para el otro.

* fotos post-gin tonics + copas de vino no os pongo… que me perdéis el respeto. 😉