No lo soy.
Tengo millones de defectos. Lo que no quiere decir que no sepa apreciar mis puntos fuertes.
Mis defectos son patentes. A veces me puede la nostalgia de los tiempos pasados, sobre todo cuando me cuesta gestionar el estrés que tengo. Aunque no fueron mejores que los tiempos que vivo ahora, de alguna manera la memoria es selectiva y te incita a pensar sólo en los buenos recuerdos.
A veces el miedo me paraliza.. y me encuentro a mí misma bloqueada. Sin palabras, sin respuestas, sin fuerzas para empezar.
En otros momentos, me sale dar una respuesta áspera, ácida o irónica a quien no debo. Porque sé que no hay que pagar las frustraciones con los más cercanos, pero me paso la vida fallando al aplicar mis principios.
Busco ser generosa, pero a veces el egoísmo entorpece mi camino y me pone vallas que tengo que saltar; en ocasiones caigo.
El ego, es el que me juega las peores jugadas. Mi ego herido puede ser un motor que genera cosas que no me gustan, que pone en marcha mecanismos de autodefensa innecesarios. El ego destruye la autoestima correcta… como leí hace poco en una frase de C.S. Lewis: “La humildad no consiste en pensar menos de uno mismo, sino en pensar menos en uno mismo“.
Soy consciente de mis errores… no soy perfecta. Pero quiero avanzar siempre. Mejorar para dar luz a mi alrededor. Mejorar para dar solidez a mis pequeños. Mejorar para aportar a las personas que están conmigo.
La realidad es que nunca seré perfecta. Pero jamás me cansaré de intentarlo.
Cómo te comprendo Noemí… El nubarrón gris encima de la cocorota juega malas pasadas a veces… A mí también me ha ocurrido. Pero hay que tomar distancia de una misma a veces, y aferrarse a lo mejor de nosotras mismas. Qué genial esa frase de Lewis… Qué buena! Nos han vendido tanto la idea de “ser los mejores” que a veces nos olvidamos de ser simplemente nosotros mismos 🙂 Un besiño guapis!
LikeLike
Buf, qué identificada me he sentido al leerte… me has tocado la fibra, como siempre, pero hoy más. Puede que estemos pasando una racha parecida, de esas que miras para dentro y te ves desde fuera y dices: coño.. a lo mejor no consigo nunca ser perfecta, pero al menos intentaré no convertirme en todo lo contrario. A mí, a veces, me parece que lo soy.
Un beso grande neni
LikeLike
Siempre destaca más el puntito negro que el resto de la hoja en blanco, ¿verdad? Hay que apreciar más nuestras virtudes… Besiños Bea, siempre atenta.
LikeLike
A mí también me pasa Blan. Me descubro a mí misma diciendo o haciendo cosas de esas que pensaba que nunca diría/haría. Me horrorizo y cambio el chip pero… Ay. Es complicado. Besos Blan. 🙂
LikeLike
Es complicado, pero muchas veces nos pasa eso de “fallarnos” a nosotras mismas… Pero no hay mejor que caer, aprender a limpiarse el barro que nos ha manchado, y seguir adelante. Si además, de la mano llevamos a nuestros enanos, también tienen que ver cómo caemos y nos levantamos, porque de eso también aprenden…
Un besazo Noemí!! 🙂
LikeLike
Qué maravilla de post, Noemí!!! Me identifico 100% contigo…Yo estoy convencida que para tus polluelos eres la mamá perfecta con sus perfectas imperfecciones 🙂
Un besazo
LikeLike
Jaja, opino lo mismo que Jeza. Para ellos somos perfectamente imperfectas… y eso a veces también da cosilla… mucha responsabilidad… así que al toro! que no vean nuestro miedo! 😛 Muaaa
LikeLike
Supongo que a veces nos ayuda concienciarnos de los defectos que tenemos, otras veces nos aclara el formularlos en voz alta. Y otras, después de hacer todo esto, nos impulsa hacia delante el ser felíz con ello, porque eso que tanto nos molesta también somos nosotras y hay que asumirlo con humor y tratarnos con cariño ¿verdad? ¡como te entiendo!
Un besito Noemí!!
LikeLike
Si es que no hay nadie perfecto así que no sé porque nos empeñamos en serlo, sólo crea más estrés jeje. Simplemente tratar de ser mejores, con nuestras imperfecciones. Muy bonito Noe!
LikeLike
Yo tengo la teoría de que muchos defectos son en realidad virtudes llevabas demasiado al extremo, sólo hace falta frenar un poco nuestra propia exigencia. Te entiendo perfectamente Noemí, pero que sepas que el hecho de pararte a pensar que no eres perfecta (ni tu ni nadie) te hace enormemente grande. Por cierto, ser perfecta debe ser un rollo, vivan nuestras imperfecciones!!! Besucos
LikeLike
Es verdad, aprenden de nuestras caídas tanto o más como nosotras y además, sin juzgarnos tan duramente como el resto del mundo o nosotras mismas. Besitos, Maribel.
LikeLike
Gracias Jeza… Ellos son mucho más amorosos y comprensivos que nosotros. :* Seguro que tus bebesaurios piensan lo mismo de ti. Besazoooos
LikeLike
Que no lo vean, que sólo vean el “tirar hacia delante” y seguir caminando. Muaks!
LikeLike
Sobre todo eso, humor y cariño hacia nosotras mismas. Rendirse nunca, pero autoflagelarse… tampoco. Son impulsos en la vida, nos sirven para mejorar. Besos Myriam. ME encantó tu manta de patchwork. 😉
LikeLike
Las madres… que somos así de estresadas! jajajajaja. Es verdad, siempre mejorar pero sin tanta presión. Besos Eva
LikeLike
jajajaja.. si que tiene que ser un poco rollo ser asquerosamente perfecta, jajajaja. No sé tú, pero a mí la maternidad me ha hecho por una parte ser mucho más autoexigente, pero por otro ha sido una inmensa lección para que aprenda a relajarme y tener paciencia conmigo misma. Besucos para ti también. Gracias por comentar y leer.
LikeLike