Era viernes, mi tarde libre…no trabajo, quiero recargar pilas.
Los niños están cansados, así que les daré de cenar pronto y les meteré en la cama. Hoy marido tiene jaleo musical y llegará tarde. Esta noche voy a escribir, leer y escuchar música. Un rato para mí, unas horas de paz…las necesito como el aire que respiro.
El plan se va cumpliendo. He preparado cena especial para ellos, mini hamburguesas caseras. Están felices , han cenado fenomenal y son las ocho y media…todo marcha bien. Ponemos una peli para verla juntos. Peli, sofá y manta con mis chicos. Relax…hasta que Stella se levanta, da una vuelta a la mesa y ¡cataplum! Cejazo contra la mesa de madera maciza del comedor.
En unos segundos se le hincha terriblemente. Ni la arnica ni el hielo parecen calmarlo o bajar la inflamación.
Perfecto. Al hospital derechitos…sin papi y con los dos. En la radio, los muy graciosos, me ponen un temazo de The Cure. Canturreo entre divertida y ofendida:
“I don’t care if Monday is blue…Tuesday is great and Wednesday too…Thursday I don’t really care it’s Friday. I’m in love…”
Pienso, en medio del caos que es una suerte que hoy el mecánico me haya dado el coche. Me entran escalofríos sólo de pensar en tener que movilizar a la familia para esto.
Os escribo desde Urgencias. Lucas se ha quedado dormido y Stella está en proceso. No ha sido nada…afortunadamente. Sólo un ojo morado y un viernes algo movidito.
Eso sí, ningún George Clooney por Urgencias. Monopolio femenino. 😉
Actualización: la noche ha sido toledana. No sé si tendremos que volver a saludar a las doctoras.
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