Me doy cuenta de cuántos retos tengo en lo profesional… Me queda mucho que aprender y parece, inexplicablemente, que cuanta más experiencia tengo, menos sé manejar ciertos temas.
En concreto, uno de mis grandes problemas es que trabajo con PERSONAS (personitas, la mayoría de las veces) y con familias. Y digo que es un problema porque tiendo a abrir el corazón y tender lazos en lo personal, traspasando el nivel de lo “estrictamente profesional”. Me explico: no es que no realice mi trabajo con profesionalidad. Creo que cumplo con creces los objetivos y lo que se requiere de mí. Hago bien mi trabajo… aunque siempre se puede mejorar. Mi problema empieza en poner límites a las relaciones personales con las familias de mis alumnos o con ellos mismos. me implico tanto en sus vidas que, en ocasiones, acaba afectando en mi trabajo y sobe todo en mi ánimo.
Ser maestra para mí, es poner toda la carne en el asador… pero debo aprender a poner límites: a mí misma y a los demás. Por mi salud mental y por el mejor funcionamiento de mi trabajo.
Mi reto profesional de este año es aprender a regular mis emociones e impulsos. Necesito dar equilibrio a esta faceta de mi trabajo.
¿Alguien se ha enfrentado a este problema en su trabajo? contadme vuestras estrategias, por favor.
Yo no sé si opinar, jeje, siempre he sido muuuy emocional… la verdad es que entiendo que trabajando con niñ@s es complicado dejar a un lado las emociones, no crear vínculos afectivos y tratar de ser fría. Yo no me he visto en la situación, exactamente, pero creo que no sería cuestión de elegir… sino más bien de cómo te sale. A mí ser fría no me sale… y no sé porqué me da que a ti tampoco ;P Eso sí, los demás deberían saber respetar la forma de ser de cada uno, y no coger el brazo cuando te ofrecen la mano…
Muaa!
LikeLike
Que lloro Blan.. Fíjate si estoy tontita. 😛 Gracias por tus palabras… lo que pasa es que el respeto es difícil de encontrar.
LikeLike
Noemí, yo creo que esta forma de ser y actuar tuyas indican un enorme corazón, y contra eso no hay mucho que hacer… 😉 Te entiendo porque tratándose de niños, nos sale ese instinto protector inmenso, yo también lo he notado desde que soy madre… Y eso que en mi trabajo (ahora como farmacéutica) tambíén hay que ponerse un poco de coraza. Ánimo, seguro que llegarás a un equilibrio.
LikeLike
Os contaré cuando llegue. Es verdad que con niños, las madres nos ponemos aún más sensibles. En tu trabajo debes ver cada cosita… ay, madre.
LikeLike