Escribir, para algunas personas (entre las que me incluyo), forma parte de sus necesidades vitales. Es tan importante como comer, dormir o respirar.
Estoy segura de que algunas de las blogueras que formamos parte de este proyecto-comunidad, escriben desde hace muchísimos años en libretas personales, a modo de diario o… quizás incluso en otros blogs.
Escribir un blog es algo mucho más arriesgado, más público… Te sientes frágil y vulnerable. Piensas más en lo que vas a contar, en cómo vas a expresarlo. Expones tu trabajo a un público (yo que tengo pánico escénico, uso esto de escribir como terapia), recibes opiniones, hay feedback… En algunas ocasiones, los blogs son tan personales que abres tu corazón y te pones en un lugar absolutamente desprotegido. Cuando algo pasa, cierras. Pones un candado a tu mente y a tu corazón. Dejas que tus palabras encuentren otro lugar…
Yo quiero daros las gracias, a todas las mamis blogueras que habéis compartido tanto. Valoro vuestro trabajo, vuestro esfuerzo, el corazón que habéis puesto en cada detalle. Gracias por vuestros comentarios, por buscar temas interesantes. Gracias a Seguimos Siendo Las Mismas por darnos oportunidad de conocernos.
No perdáis la ilusión. Sujetadla con hilos a vuestro alma y seguid creciendo, compartiendo, dando y recibiendo. Yo, por mi parte, llevo mi sueños sujetos para que no se pierdan y poderlos esparcir al viento.