Después de una semana mortal, empieza la mentalización para la vuelta al cole. He leído todas vuestras entradas, chicas. Pero no he tenido tiempo para comentaros… retomo las buenas costumbres desde YA.
Es el primer año de mi pequeña y mi “mayor” no tuvo una adaptación muy fácil aunque los planetas se alinearon (profesora INCREÍBLE, amorosa y tierna, proyecto educativo interesante y compañeros majetes). Estoy temblando.
Lo peor es que siendo maestra, la gente espera mucho de ti respecto a tus hijos. Espera que tus hijos vayan al cole con una sonrisa de oreja a oreja y lo disfruten desde el primer día. Porque mamá también es profe. Pero resulta que no, que no siempre es así; que ni ellos están preparados para la separación ni yo me siento preparada, aunque sonría, aunque irradie tranquilidad. Me disfrazo por ellos, pero por dentro lloro.
Mi esfuerzo consciente es darles sus alas, procurarles su autonomía, rodearles de iguales en los que a veces se reconocen y a veces no. Mi esfuerzo es tragarme mis miedos, apoyarlos y estar pendientes de ellos sin que noten mi nudo en la garganta, confiar en el trabajo de los demás (maestras y mamis) y enseñarles que, a veces, encontrarán dificultades en la vida en las que mamá estará a su lado, pero que tendrán que enfrentar ellos.
Septiembre es uno de mis meses favoritos, pero estos dos últimos años… Septiembre es mi mes de prueba.
De regalo, os dejo un “pequeño tesoro”.
Vídeo tomado de Youtube. Canción: “Mon Trésor” del genial Tété.