Sigo escribiendo de muchos en muchos, no como antes, que era más diario. Eso es sólo porque sigo esperando la visita de mis tres Reyes Majos con conexión a internet decente bajo el brazo. (Guiño, guiño. ¿No os doy pena? Por favoooor, majetes míos.)
Este 2013 me deja un sabor agridulce… Por una parte, hemos conseguido “terminar” nuestro proyecto de la nueva casa que ya compartí con vosotras. Bueno, terminar, terminar… es un decir. Queda mucho trabajo, pero ya es una casa. Esta primavera nos pondremos las pilas con la parte del jardín.
Por otra parte, ha sido un año de retos, de dificultades y de aprendizaje. Lo bueno es que voy acompañada por el camino y en los momentos más duros, siempre tengo a mi lado apoyo incondicional. Mi pequeña familia sigue dándome más alegrías que disgustos y mi trabajo, más satisfacciones que problemas.
Este 2013 me ha traído reencuentros con amigos de la infancia, amigos de siempre, de los que te han visto crecer… Me han llenado de ternura, de cariño y de energía. Este 2013 he conocido madres y mujeres que me han animado, me han hecho reír y llorar; mujeres que me han transmitido y enseñado. Pude conocer unas poquitas el día 27. Gracias otra vez, chicas. Fue un día estupendo.
Es el primer año en el que he superado la barrera tan temida de los 30… y lo he disfrutado. Me daba miedo ser una “vieja prematura“. Sí, sí, no os ríais que me acuerdo perfectamente de los meses pre-30 escudriñándome en busca de arrugas, canas (para esas no hace falta buscar demasiado, jeje) y otros signos de la edad. Le di tal vara a mi pobre santo que pensaba que se mudaba a una isla en el fin del mundo. Y luego, no ha sido para tanto. Es más, ha sido un cambio para mejor.
El 2013 se marcha sin que haya cumplido todos mis propósitos, pero al 2014 le pido:
* Salud
* Proyectos
* Ilusión
* Fuerzas
Y estoy dispuesta a trabajar duro por lo que quiero, a poner el cerebro a mil revoluciones para seguir planeando el camino, a ser más bondadosa conmigo misma, a seguir allanando el camino de los demás en lugar de poner piedras de tropiezo, a compartir mis alegrías y llevar a medias las penas de los demás.
Me he propuesto seguir estudiando y terminar la casa, seguir disfrutando de los pequeños momentos que hacen la vida mejor y cumplir con esos viajes pendientes que tenemos. En familia, en pareja y sola. 😉
Brindo porque el 2014 sea un año de balances positivos y de ilusiones recuperadas.
A todos… FELIZ AÑO.