Tierra

Se dedica a hacer castillos de arena cada tarde en la orilla.

Piensa que, esta vez, el mar no podrá destruirlo. Pasan los días y crece su obstinación. El mar no podrá llevarse siempre el fruto de su esfuerzo. Eso es lo que piensa; lo que quiere creer.
Cada castillo es mejor que el anterior, más resistente, más cuidado en detalles, más grande… Pero noche tras noche, las olas borran cualquier rastro de sus creaciones.

Su frustración crece, pero su cabezonería también. Su lucha no es igualada, pero no quiere verlo…no lo acepta. Se golpea mañana tras mañana con la realidad de la playa vacía, de su castillo deshecho.

Al fin un día comprende…y espera a las olas nocturnas para acompañarlas mientras destruyen sus fortalezas de arena.

Al fin comprende y ya no lucha. Se dedica a jugar con las olas y a maravillarse con su fuerza. La cabezonería desaparece y aparece la felicidad. Sigue haciendo castillos, pero no se entristece si a la mañana siguiente no están; tampoco invierte todo su tiempo en construir y se dedica a disfrutar. Prueba nuevas formas, añade piedras y conchas por el simple gusto de decorar, sin pensar en su función estructural. A veces, incluso, se permite el gusto de robarle a las olas su papel destructor y pisa con fuerza la arena mojada, destruyendo lo que cinco minutos antes era su orgullo.

Es libre de su tozudez, es libre de su orgullo, se ha vaciado de toda frustración o rencor. Ahora disfruta de cada paso, de cada día, de cada borrón y cuenta nueva, de cada sol…-

9 thoughts on “Tierra”

A lo mejor es simple casualidad, pero entrar por primera vez a tu blog y leer esta delicia me hace sospechar que lo pasaré muy bien leyéndote. Qué gusto que exista alguna persona en el mundo que es capaz de poner por escrito cosas que ni siquiera sabías que pensabas. Tienes una fiel seguidora Noemí 🙂

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Ay! A mi me pasó, no entendía porqué no me esperaban mis enormes fortificaciones!!!!
Qué preciosidad de castillos y que lección más bonita!
Bs

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Espero que puedas seguir leyendo y sintiéndote a gusto, Sandra. Me hace mucha ilusión compartir este rinconcito contigo.
Maribel, qué frustración el castillo deshecho, ¿verdad? Un besazo enorme.

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Preciosa entrada. Esta es la primera vez que visito tu blog y no hay mejor manera que leer esta publicación como carta de presentación de este humilde sitio. Mi admiración y enhorabuena 😉

¡Nos seguimos leyendo!

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Vaya, muchas gracias por tus palabras tan amables… Me encantaría leerte a ti también. ¿Me dejas tu dirección de blog?
Espero que te siga gustando lo que leas por aquí. Un saludo y nos seguimos por aquí. 😉

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Oh, por fin funciona el link. Ya te curioseo un poco… con permiso. 🙂

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¡Hola Noemi! Gracias por tu amabilidad e interés. Yo también, como habrás podido comprobar, soy bloguero desde hace tiempo y me gusta mucho conocer personas que sienten esa pasión por compartir sus gustos, pensamientos y pasiones con los demás. Cada uno escribe sobre lo que más le gusta, pero todos tenemos en común esa extraña afición por querer compartirlo con el mundo entero. Me gusta mucho la blogosfera, y me gusta pararme a leer detenidamente esos blogs que se hacen desde el corazón y con toda ilusión, como este que tienes. Nunca me paro, y mucho menos participo, en esos blogs de contenidos irrelevantes y que sólo buscan conseguir visitas o ganar dinero con enlaces y demás cosas por el estilo. Me gusta leer y participar en sitios como el tuyo, con personalidad, hechos con cariño. Se agradece mucho encontrar blogs así.

Por supuesto, te sigo y nos vamos leyendo, ¿0k? Un beso.

Álvaro.

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