El sábado fuimos a dar un paseo con unos amigos muy especiales al puerto de Canencia. Está a un ratito en coche desde casa, pero merece la pena.
Hacía un sol espléndido en todo Madrid, pero según nos íbamos acercando a la montaña en cuestión, un nubarrón negro nos amenazaba con descargar justo encima de nosotros.
No pudimos estar más de tres horas, pero los niños lo pasaron genial. No había demasiada nieve, pero la suficientes para hacer un muñeco, tirarse con el trineo, dar unos cuantos bolazos a mamá (en toda la cabeza, para mayor cachondeo a posteriori) y hacer un juego de seguir huellas.
Me encanta ver a mis hijos jugar con su amigo. Los tres tienen una amistad muy especial en la que ninguno sobra, nadie está excluido y todos se adoran. Me hace ilusión ver cómo es una amistad sencilla, en la que los desacuerdos se resuelven sólos, sin necesidad de que los adultos intervengamos. Ellos negocian y lo solucionan. Porque se quieren y no les gusta estar enfadados.
Es una amistad que nosotros, sus padres, cultivamos con esmero porque sabemos la importancia de las buenas amistades. Sabemos que nuestros hijos sólo se aportan cosas buenas, sabemos que son vitales unos en la vida de los otros. Por eso, unimos nuestras raíces, como los árboles tan maravillosos del bosque que visitamos… Y no creáis que los únicos beneficiarios son estos peques porque a los padres, cultivar nuestra amistad como familia también nos ha venido fenomenal. Hemos reído y llorado juntos, disfrutado de playa, nieve, océano y bosque, ciudad, campo, trabajo y ocio… todo juntos. Cada etapa, cada contratiempo, cada alegría.
Invertir en nuestros hijos, invertir en sus vidas, fomentar sus amistades y dejarles crecer rodeados de personas que también los quieren… es una fortuna y una bendición.
Quiero que haya muchos días como estos.
Q gusto Noe!!!!! Estoy totalmente de acuerdo en las amistades padres e hijos salen muy beneficiados!!!! Y es una pasada tener hombros para apoyarte, llorar, reír… Lo q haga falta!!!
Bs 🙂
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Qué día tan bonito Noemí! La nieve es tan mágica para los peques, y los no tan peques! Me parece precioso esto que cuentas de enseñarles el valor de la amistad… Y estoy segura de que ellos aprenden a relacionarse con sus amigos por cómo ven que nosotros nos relacionamos con los nuestros. Y sí, los amigos buenos son una bendición del cielo. Como ese arcoiris precioso que te persigue! 😉 Un besiño gordo
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Esas amistades son lo mejor que existe. Yo la tengo con mis primos, y con algunos amigos de la infancia… que a lo mejor hace tiempo que no veo, pero que sé que siguen ahí como cuando jugábamos en la playa, en la nieve, en el campo… Es genial 🙂
Qué buen rollo me dan tus posts, da gusto leerte! Un besazo
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Es una pasada. Me siento afortunada de que mis hijos disfruten de algo tan bueno y de que haya resultado en lo mejor para nosotros también. 🙂
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Los amigos buenos son una de las mejores cosas que te pueden pasar en la vida. Que me persigan muchos arcoiris… da un buen feeling, increíble. ¡Muchos besitos!
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Blan, tener esas amistades… es… no se puede describir. Te dan una sensación de pertenencia, una seguridad, una paz. Un beso, a ver si puedo escribir más a menudo. 😉
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Ay Noe, las grandes amistades de la infancia… 🙂 qué maravilla esa sensibilidad que tienes con los enanos, un besote!!
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Es que tengo la fortuna de que me rodean personitas fantásticas aunque algunos no levanten más de un palmo 😉 Así es muy fácil estar feliz. 😉
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